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Las sociedades científicas de la Psiquiatría española: pasado, presente y futuro


Hace unos meses saltó la noticia de la fusión de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB). Se realizó una votación en ambas sociedades y, por abrumadora mayoría, los socios de cada una aprobaron la fusión. La nueva sociedad se llamará Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. Esto va a suponer cambios importantes en el asociacionismo de nuestra profesión, lo que creo que merece una reflexión.


Creo que muchos psiquiatras jóvenes no conocen la historia de nuestra profesión en España. Este post va dirigido especialmente a ellos, ya que conociendo la historia de la profesión podrán analizar mejor la situación actual.


En la primera parte de este post me referiré al asociacionismo de los psiquiatras en España, y usaré como fuente tres magníficos artículos publicados por José Lázaro, un historiador de la Psiquiatría española. Las referencias las podéis encontrar más abajo.


Al principio sólo existía la AEN

La primera asociación de "neuropsiquiatras" se crea en 1924 en una época en que apenas había especialistas formados, y en que la Neurología y la Psiquiatría se consideraban una única especialidad. España era entonces un país poco desarrollado y, salvo algunas excepciones notables, el nivel clínico era muy bajo. La asociación continuó en la Segunda República y durante el franquismo. La Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) continuó su andadura hasta una época de cambios importantes en los años setenta. En esta época se mezcla el movimiento antipsiquiátrico con la lucha política contra el franquismo. La AEN estuvo controlada durante el franquismo por el mundo académico, tenía una visión anticuada de la asistencia, e ignoraba los movimientos que se estaban produciendo en los países occidentales sobre la atención comunitaria. Una generación de psiquiatras jóvenes tenían una sensibilidad diferente a la de los líderes. Hubo congresos con disputas importantes en 1971 en donde los psiquiatras jóvenes quería discutir sobre la situación de los "manicomios" que consideraban inaceptable.


AEN no sólo de psiquiatras

En 1977 hubo elecciones en el congreso de la AEN y la candidatura progresista ganó. El mundo de la Psiquiatría académica fue desplazado por esta nueva generación de psiquiatras, y aquéllos se alejaron de la AEN. En los años siguientes la AEN sufre una importante transformación, se cambian los estatutos y se decide que para ser socio no hace falta ser psiquiatra, sino que cualquier otro profesional de la salud mental podría ser socio de la AEN. Así se ha mantenido hasta hoy.


Reacción de la Psiquiatría académica

Ante esta situación la comunidad de la Psiquiatría académica, se aleja de la AEN (salvo contadas excepciones), y empieza a girar alrededor de dos sociedades poco conocidas entonces: la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. La primera se había fundado en 1958, y la segunda en 1974.


La SEP apenas había tenido actividad hasta finales de los setenta, y tuvo durante 19 años a la misma junta directiva. Empezó a tener una actividad significativa con la llegada del mundo académico "desterrado" de la AEN. En 1974 un grupo de psiquiatras catalanes también viendo la deriva que tenía la AEN fundan la SEPB.


La disputa por la Comisión Nacional de la Especialidad (CNE)

El sistema MIR se asienta en 1984, y se constituyen las comisiones de las especialidades médicas, incluida la de Psiquiatría. El Ministerio incluye a la SEP y a la AEN como representantes del colectivo profesional. Al poco tiempo la SEP cuestiona ante el Ministerio, y los tribunales, la presencia de la AEN de la CNE. El argumento principal de la SEP es que la AEN no es una sociedad sólo de psiquiatras, al incluir otros profesionales de la salud mental. Como a la SEP se le da la razón la AEN reacciona para seguir estando presente en la Comisión. En 1993 inscribe la la "Asociación de Psiquiatras de la Asociación Española de Neuropsiquiatría - Profesionales de la Salud Mental" (Se puede verificar en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior). Para los psicólogos la AEN usó una estrategia similar, y también con los psiquiatras y psicólogos infantiles. Todas estas asociaciones satélites de la AEN apenas tienen actividad propia, y si la tienen lleva la marca genérica de la AEN.


Convergencia SEP - SEPB

A finales de los ochenta y principios de los noventa SEP y SEPB empiezan a realizar actividades y congresos conjuntos. Estas dos organizaciones se abren a colaborar con la industria farmacéutica, y aceptan sus patrocinios, algo que la AEN rechaza. La asistencia a los congresos conjuntos de SEP y SEPB aumenta vertiginosamente. Por otro lado viene la época dorada de la psicofarmacología con numerosos de lanzamientos de nuevos fármacos, sobre todo ISRS y antipsicóticos. Las dos sociedades acuerdan celebrar un congreso conjunto que no lleve la marca de ninguna de las dos sociedades, y que pasó a llamarse Congreso Nacional de Psiquiatría. Este primer congreso se celebró en Sevilla en 1995, y marcó un antes y un después. Tuvo una asistencia masiva que nunca se había visto en un congreso en España. En aquel momento el binomio SEP-SEPB las convierte en organizaciones líderes en España. Los congresos siguientes tienen una asistencia masiva, por el programa científico, y por el importante apoyo de la industria, que no tenía las limitaciones de ahora.


Surge la Fundación de Psiquiatría y Salud Mental

Los años siguientes siguen siendo muy exitosos para el binomio SEP-SEPB. La gestión se moderniza y se crea la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental en 2001. Desde su creación es la Fundación la que organiza el congreso nacional. En las 24 ediciones que lleva el congreso se ha consolidado lo que ha llevado a un gran crecimiento de la Fundación. Nos encontramos entonces con un triunvirato SEP-SEPB-Fundación.


Otras asociaciones monográficas y autonómicas

En este contexto la AEN sigue con sus actividades que también cuentan con importante asistencia, aunque no tan grande como en los congresos SEP-SEPB. Van surgiendo diferentes asociaciones de carácter autonómico, y también de las diferentes subespecialidades (Psiquiatría legal (SEPL), Psicogeriatría, Psiquiatría infantil, Medicina psicosomática, Psiquiatría Privada, etc).


Entre las sociedades monográficas destaca la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) que en los últimos quince años ha tenido un crecimiento espectacular. Ha conseguido establecer alianzas con organizaciones internacionales, y ha celebrado congresos que han sido los de mayor asistencia en la Psiquiatría española en varios años. La SEPD ha promovido una asociación internacional de su disciplina, en la que tiene una presencia importante. La SEPD ha sabido aglutinar a un gran colectivo de profesionales que no son psiquiatras, y que trabajan en las adicciones, y que se sienten identificados con la manera de entender la patología dual de la SEPD. Esta organización ha sabido llenar un hueco que la Psiquiatría española tradicionalmente ha abandonado: las adicciones.


Hay asociaciones autonómicas que tienen una mayor o menor cercanía a las dos grandes nacionales: por un lado están las más cercanas a la AEN, y otras más cercanas al binomio SEP-SEPB. Por ejemplo, en Madrid tenemos a la Asociación Madrileña de Salud Mental, vinculada a la AEN y de carácter multiprofesional; y por otro lado la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, vinculada a la SEP-SEPB.


¿Asociaciones sólo de psiquiatras o multiprofesional?

Existe una gran variabilidad en las asociaciones de España sobre esta cuestión, unas admiten sólo a psiquiatras para ser socio con derecho a voto, y otras admiten a otros profesionales de la Medicina y de la salud mental. Esto siempre ha planteado cuestiones de representatividad de la profesión. Si una organización admite entre sus socios a personas que no son psiquiatras se puede cuestionar que represente los intereses de la profesión. Por otro lado, es indudable que muchos profesionales no psiquiatras realizan grandes aportaciones a nuestra disciplina. Aunque estos profesionales también tienen sus asociaciones científicas, y habría que valorar si en sus estatutos admiten a personas que no son de su profesión, por ejemplo psiquiatras.


¿Hacia dónde vamos?

Tras este rápido resumen cabe plantearse la pregunta de hacia dónde vamos. Hay un hecho incuestionable: la mayoría de los 4000 psiquiatras españoles no están afiliados a ninguna asociación de las que he mencionado. Creo que es preocupante el desinterés que hay entre los psiquiatras por pertenecer a alguna asociación profesional, y participar en sus actividades. Me preocupa que por parte de los líderes de las asociaciones haya un distanciamiento de la realidad que viven día a día los profesionales, sobre todo los más jóvenes. Algo parecido a lo que ocurrió hace unas décadas.


Vamos a un escenario en pocos años en el que los psiquiatras nacidos en el baby-boom de los años sesenta y finales de los cincuenta se van a ir jubilando, y no se va a poder reemplazar todas las vacantes que se ̀produzcan. Cada vez habrá menos psiquiatras y muchas zonas de España se quedarán sin profesionales. Los políticos españoles han sido incapaces de dar una solución al problema.


Creo que las asociaciones científicas de la Psiquiatría española tienen que estar más cerca de la realidad si quieren seguir atribuyéndose algunas de ellas la representatividad del colectivo. El escaparate de cada asociación es su congreso, y el programa de cada año debe estar centrado en los problemas que tienen los clínicos. Tiene que haber presencia de liderazgo clínico, y no sólo investigador. Los psiquiatras que asisten a los congresos acuden deseando aprender cosas que les ayuden en su práctica cotidiana.También tienen que conocer investigación puntera en la especialidad, pero el peso que tenga en el congreso debe ser proporcional a la aplicabilidad clínica que tiene este nuevo conocimiento en la práctica clínica cotidiana.


Es necesario que se incremente el nivel de colaboración entre las diferentes asociaciones, sobre todo entre las que están constituidas solo por psiquiatras. Recientemente la SEP ha firmado un convenio de colaboración con sociedades regionales y monográficas. Esto ha sido un cambio importante, aunque está por ver la colaboración real que habrá en el futuro. Durante décadas las grandes sociedades apenas ha colaborado con las sociedades monográficas. Esperemos que con la nueva Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental la colaboración mejore.


Algunas asociaciones han establecido en sus estatutos lo que considero que es un error: el establecimiento de socios de primera y de segunda categoría, en función de su trayectoria investigadora. Estos colectivos reducidos de "investigadores destacados" tendrán representación propia en la junta directiva, la margen de los miembros elegidos por el resto de socios. Creo que esto es un error ya que los investigadores destacados votarán, por un lado, en la elección general, y por otro, a su propio representante en la Junta. Esto supondrá un desprecio a la mayoría de los socios. En mi opinión las sociedades que tienen este modelo deberían plantearse su supresión. Sobre todo en una época en la que, como he comentado antes, la mayoría de los psiquiatras de este país no están afiliados a ninguna sociedad.


Estas son algunas reflexiones que me han sugerido los cambios de los que estoy siendo testigo, y los que he conocido en le pasado. Espero que os sirvan de utilidad a los colegas más jóvenes.


Bibliografía

Lázaro, José. "Historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (1924-1999). Primera Etapa. La formación." Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 20.75 (2000): 397-442. https://www.revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15705/15564


Lázaro, José. "Historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (1924-1999) Segunda Etapa (1940-1977). El desarrollo." Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 20.75 (2000): 443-472. https://www.revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15706/15565


Lázaro, José. "Historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (1924-1999) Tercera Etapa (1977-1999). Diversificación." Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 20.75 (2000): 473-515. https://revistaaen.es/index.php/aen/article/download/15707/15566


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