Desde hace aproximadamente un año se habla constantemente de los graves problemas que está teniendo España a la hora de cubrir las plazas vacantes de profesionales sanitarios. Cada vez surgen nuevas noticias sobre la falta de profesionales, y la situación en algunas especialidades es muy preocupante, sobre todo en los médicos de atención primaria. Sorprende que hasta hace pocos años en las estadísticas del Ministerio de Sanidad no se reflejase esta situación.
Los gestores del Ministerio de Sanidad han venido analizando los parámetros habituales en la planificación: número de estudiantes de Medicina o de enfermería, plazas MIR convocadas, egresados del MIR, jubilaciones próximas, etc. Y las cifras parecían cuadrar para que se produjera un relevo generacional sin sobresaltos. Sin embargo, cada vez surgen más noticias sobre las dificultades que tienen los gerentes y jefes de servicio a la hora de cubrir las plazas vacantes. En este post intento encontrar una explicación a lo que ha ocurrido.
Origen del problema
Hace unos 20 años la situación estaba equilibrada entre los egresados de las facultades y las plazas MIR convocadas. Sin embargo, la situación cambió cuando vino la crisis de 2008. Se produjo una súbita congelación en la contratación de nuevos profesionales debido a las restricciones presupuestarias. Estos especialistas recién egresados del MIR empezaron a tener dificultades para trabajar, y algunos de ellos se plantearon emigrar a países de la Unión Europea. Por otro lado, los "afortunados" que pudieron quedarse en España encontraron contratos inestables y de mala calidad.
La crisis de 2008 abrió una puerta para que muchos especialistas jóvenes optaran por irse a países europeos a trabajar. Allí, tras un periodo de adaptación se han encontrado con unas condiciones laborales y económicas muy superiores a las que tenían en España, mucho mejor sueldo, menor presión asistencial, y mayor consideración por parte de sus jefes. Entre tanto, los que se han quedado en España han ido saltando de un contrato a otro, a algunos los contrataban solo para hacer guardias, otros tenían contratos de dos o tres meses, y luego se tenían que marchar a otro hospital, donde también les ofrecían contratos cortos, y en malos turnos de trabajo. Esta situación ha ido quemando a muchos en la década pasada, y cuando ha llegado la pandemia la situación llegó a un punto crítico. El desgaste profesional alcanzó sus máximos.
Esta situación, junto a las experiencias que transmitían desde Europa los que habían emigrado han hecho replantearse muchas cosas a los médicos especialistas jóvenes. Este colectivo es gente joven, en edad de formar familia y tener hijos, y veían cómo sus circunstancias en España no les permitían tener un proyecto de vida estable, algo que en Europa sí encontraban.
Estilo de gestión de recursos humanos anticuado
Los hospitales y gerencias de área del SNS han estado acostumbrados a funcionar con un exceso de oferta de especialistas, pudiendo elegir entre candidatos, y ofreciendo contratos de mala calidad y escaso sueldo. Sus responsables no están acostumbrados a contratar personal en un entorno de escasa oferta laboral. Además, la rígida estructura salarial del sistema público no permite entrar en el juego de la oferta y la demanda. No pueden subir los sueldos como están haciendo los hospitales privados. Ahora el talento se está desplazando al sector privado o al extranjero a gran velocidad.
Los especialistas jóvenes de hoy no están dispuestos a soportar las condiciones por las que pasaron generaciones anteriores. Muchos de los médicos que tienen ahora 45-50 años han llegado a estar 15 o 20 años de interinos, encadenando contratos, en puestos de trabajo complicados. A algunos les renovaban el contrato cada tres meses, con la incertidumbre de no saber si ibas a seguir o no. Estos especialistas llevaban seis años de carrera, donde habían entrado con una media de sobresaliente. Luego tenían cuatro o cinco años de MIR con una gran carga de trabajo e innumerables guardias. Y después tenían que buscar, cuando no suplicar, un trabajo muchas veces condicionado por los hábitos y caprichos caciquiles de un jefe de servicio.
Todo este estilo de funcionar se ha derrumbado en pocos años cuando miles de médicos jóvenes han decidido marcharse al extranjero. La oferta de "mano de obra" médica se ha desplomado, y ha pillado con el paso cambiado a gestores y políticos de la sanidad. Los especialistas jóvenes han descubierto que en el extranjero se vive mejor, se trabaja mejor, y no pasa nada por pasar unos años en Alemania, Suecia, Francia o Reino Unido. Y si sale bien la experiencia ¿por qué no establecerse allí de forma permanente? Algo bastante razonable pues están a sólo dos o tres horas en avión de España.
En algunos hospitales públicos han estado trabajando médicos por el 75% del sueldo y el 75% de la jornada, y sin la carrera profesional. El sueldo era escaso pero aguantaban con la esperanza de luego saltar a una interinidad con mejor sueldo, y décadas después conseguir la plaza fija. Este esquema ya no funciona. Los jóvenes especialistas ya no van a aceptar esta situación y se marcharán al extranjero. Un ejemplo lo tenemos en Oncología Médica. La Sociedad Española de Oncología Médica ha estudiado la opinión de los oncólogos jóvenes encontrando que más de la mitad se sienten infravalorados, y están pensando en marcharse al extranjero. La SEOM advierte que España está en riesgo de tener un déficit de oncólogos médicos.
Déficit de médicos en toda Europa
Por otro lado, llama la atención que muchos países europeos tienen un escaso número de plazas para estudiar Medicina, muy por debajo de sus necesidades. En países como Reino Unido o Suiza es habitual encontrar médicos extranjeros, y en algunas zonas llegan a ser la mitad de los profesionales. Prácticamente toda Europa tiene déficit de médicos. Muchos países europeas se plantean que no les hace falta formar médicos, ya que es más barato que estudien en otro país y luego emigren, aprendan el idioma en tres meses y empiecen a trabajar. España es un país con un buen nivel de formación en Medicina, y un programa MIR de gran calidad. Por ello, a veces pienso que formamos médicos y especialistas para Europa más que para España.
Los médicos que trabajamos en España estamos recibiendo a través de las redes sociales profesionales (LinkedIn) numerosas ofertas para trabajar en el extranjero en condiciones fantásticas (te pagan un sueldo mientras aprendes el idioma, y tu familia también, te asesoran para que aprendas a desenvolverte los primeros meses en tu nuevo país). Este trato no se ve en el Sistema Nacional de Salud en España. Mientras en toda Europa hay un proceso de selección moderno y profesionalizado en España todo va a base de convocatoria en el boletín oficial y contactos con unos y otros. Con todo esto no extraña que a los médicos les entren ganas de marcharse.
Difícil solución
Esto nos lleva a la siguiente cuestión ¿cómo frenar esta sangría de talento de la medicina española? La solución no es fácil. España tiene, o tenía, un sistema sanitario extraordinariamente eficiente a la vista del porcentaje del producto interior bruto invertido y los resultados obtenidos. Esta eficiencia se explicaba por los bajos sueldos que se pagaban a los profesionales sanitarios. Durante décadas muy pocos especialistas emigraban. Ahora esto ha cambiado. El Ministerio lo intenta solucionar aumentando plazas MIR y de especialista. Pero, aunque aumenten las plazas de especialistas no parece que los sueldos vayan a aumentar. También asume que los especialistas se marchen se pueden sustituir por médicos graduados en países de habla española que entren en el MIR y se queden en España. Esta solución es un parche ya que estos profesionales, una vez obtengan su título de especialista van al mismo mercado laboral europeo, donde los sistemas públicos de los otros países europeos ofrecen condiciones de trabajo mucho más competitivas.
Si España quiere retener el talento tendrá que competir con Europa. Y esto lo tiene que hacer mejorando las condiciones económicas y laborales. Las Comunidades Autónomas van a tener que invertir más en mejorar los sueldos de los profesionales en primer lugar. Si quieren frenar la sangría de profesionales a Europa las Consejerías de Sanidad tendrán que espabilar... y más vale que lo hagan pronto.
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