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Conducta suicida, atención telefónica y coordinación con psiquiatras de guardia y CSM



La Ministra de Sanidad acaba de anunciar que se pone en marcha el 024, una línea de atención telefónica para las personas en riesgo de suicidio. En su primer día en funcionamiento ha atendido mil llamadas. Creo que es una buena iniciativa, pues se tiene experiencia en muchos países de servicios similares y de su eficacia. También en España ha habido ONGs que desde hace décadas han venido ofreciendo este servicio. ¡Bienvenido sea el 024!


Se ha informado que será la Cruz Roja la que se encargará de prestar este servicio, una organización que ya tiene experiencia en la atención telefónica. El Ministerio ha creado un grupo de trabajo para implementar este proyecto y, con gran sorpresa, nos hemos enterado de que no se ha contado con las organizaciones representativas de los más de cuatro mil psiquiatras que trabajamos en España (aunque matizan). No hay psiquiatras ni en el grupo que está diseñando el servicio, ni está previsto que los haya entre quienes prestan la atención telefónica.


Cada día entran de guardia cientos de psiquiatras, y médicos residentes, en nuestros hospitales públicos y privados. Entre las tareas de un psiquiatra en una guardia está el evaluar a personas que han realizado un intento de suicidio, o tienen ideas de suicidio. Los psiquiatras de guardia hacen una historia clínica, valoran factores de riesgo y de protección, identifican apoyos, hablan por teléfono con familiares y amigos del paciente, etc. Finalmente, se toma una decisión respecto a si precisa o no ingreso, y si se deriva a alguno de los canales establecidos para atención preferente. Cada comunidad autónoma tiene sus propias vías de derivación para evitar que el paciente que ha hecho un intento de suicidio no tenga que sufrir la lista de espera genérica en salud mental, y se le pueda ver en pocos días.


Sobre la conducta suicida hay cuatro datos estadísticos que son incuestionables:

  1. Muchos de los pacientes que se terminan suicidando han hecho intentos previos.

  2. La gran mayoría de las personas que realizan intentos de suicidio luego no se terminan suicidando.

  3. La gran mayoría de las personas que son atendidas en urgencias por intentos de suicidio no son ingresadas.

  4. Si hubiera que ingresar a todas las personas que hacen un intento de suicidio, y son llevadas a urgencias, no habría camas psiquiátricas en toda España, incluso aunque se duplicara la capacidad actual.


La valoración del riesgo de suicidio que realiza el psiquiatra de guardia es una tarea compleja, que lleva tiempo, y requiere experiencia clínica. Esta valoración suele efectuarse en un contexto de presión asistencial, con el clima de crisis y tensión que suele haber en las urgencias hospitalarias.


Ahora muchos de los pacientes con intento/ riesgo de suicidio que lleguen a las urgencias habrán hablado antes con el equipo del 024. Supongo que los profesionales que atiendan al llamante harán una historia clínica, que es la que cabe esperar que se haga en un paciente de estas características. Supongo, también, que en algunos casos el profesional recomendará que la persona acuda a una urgencia psiquiátrica. Y si es un caso de riesgo inminente de suicidio, y no tiene claro que quiera, o pueda, acudir a la urgencia movilizará a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (CCFFSSE) y a los servicios de emergencia (el 024 incluye geolocalización), para que intervengan (así está recogido en los documentos de trabajo del Ministerio).


El paciente termina en la urgencia siendo atendido por el psiquiatra de guardia. Ante este escenario me pregunto ¿Cómo podrá acceder el psiquiatra de guardia a toda la información que el profesional del 024 ha recogido?


Hagamos ahora el ejercicio mental de ponernos en el lugar del psiquiatra de guardia. Tiene que atender a un paciente en el que el equipo del 024 ha gestionado su traslado urgente. Si no tiene información en un documento escrito redactado por el profesional del 024 tendrá que empezar de cero su evaluación. Esto supondrá que el paciente tendrá que contar otra vez su problema a otro profesional. Si el paciente ha sido derivado de forma urgente por el 024 sin informe supone un elemento distorsionador en la toma de decisiones (ingreso/ no ingreso).


No olvidemos que el psiquiatra de guardia tiene una tarea importante a la hora de priorizar los ingresos psiquiátricos en función de la gravedad de los casos que tiene en la urgencia, y el número de camas disponibles. Que llegue un paciente del 024 sin informe es inaceptable. El profesional del 024 tiene que poner por escrito en un informe clínico por qué considera que el paciente tiene que ser valorado de forma urgente.


Todos los que hemos hecho guardias de psiquiatría sabemos que cuando derivamos a un paciente de un hospital a otro lo hacemos con un informe de alta detallado. Ahora el 024 entra a formar parte de la red de salud mental. Cabe esperar que cuando el profesional del 024 atienda a un paciente (urgente o no urgente) emita el correspondiente informe, en el que se identifique el profesional, con un sello de tiempo, y que haya un sistema por el que el psiquiatra de guardia que atienda al paciente reciba, o pueda acceder, al documento antes de que llegue el paciente.


No hay que olvidar que cada comunidad autónoma ha montado su historia clínica electrónica a su manera. En la actualidad (2022) no hay manera de que un psiquiatra de guardia de una comunidad autónoma pueda acceder a la historia clínica de un paciente de otra comunidad.


El Ministerio de Sanidad da por descontado que habrá interoperabilidad, y que los profesionales del 024 podrán trasladar a la historia clínica electrónica del paciente toda la información del episodio. Según la información de que disponemos publicada en los medios de comunicación el servicio lo va a prestar la Cruz Roja a nivel nacional.


Entiendo que los profesionales del 024 serán empleados de Cruz Roja y se encontrarán en un único centro de atención telefónica de esta institución. Me cuesta creer que desde allí puedan acceder a la historia clínica electrónica de los 17 sistemas sanitarios autonómicos que tenemos. Esto va a suponer la creación de “puntos de enlace autonómicos” en el 024 (más burocracia), según reconoce el Ministerio en sus documentos de trabajo.


Finalmente, hay otra cuestión por aclarar: ¿qué formación van a tener los profesionales que trabajen en el 024?, ¿serán solo profesionales de la psicología o habrá otras profesiones?, ¿se exigirá que sean psicólogos especialistas en psicología clínica o también trabajarán psicólogos generales sanitarios?


No entro a analizar la cuestión de protección de datos que la propia responsable de Cruz Roja reconoce en una entrevista reciente que es una cuestión por aclarar.


Creo que el servicio del 024 tiene que implementarse de forma correcta, con unos procedimientos de trabajo homologables a los de las redes de salud mental de las diferentes comunidades autónomas. Estamos en la época de la telepsiquiatría y la telepsicología, y tratar con personas con riesgo de suicidio es una tarea clínica, y no sólo psicosocial, que implica una gran responsabilidad para el profesional que está al otro lado del teléfono. Todo tiene que estar debidamente documentado.


Por todo lo expuesto creo que el Ministerio, y Cruz Roja, deben aclarar estos puntos, e incluir a psiquiatras en los grupos de trabajo sobre el 024. Y que éstos sean profesionales con años de experiencia haciendo guardias de psiquiatría, y tomando decisiones difíciles.


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