El Caso Houris: cuando la historia de una paciente se convierte, sin su consentimiento, en una novela de éxito
- Alfredo Calcedo
- hace 1 día
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Hace pocos meses el escritor de origen argelino Kamel Daoud fue galardonado con el Premio Goncourt de novela en Francia por su obra Houris. Probablemente éste es el galardón de novela más importante en lengua francesa. A los pocos días estalla el escándalo. El autor se casó en 2016 con la Dra. Aicha Dehdouh, psiquiatra con ejercicio en Orán (Argelia). Desde 2015 a 2023 la Dra. Dehdouh tuvo en tratamiento psicoterapéutico a una paciente llamada Saâda Arbane que al leer el libro encontró muchas coincidencias con el relato que le había contado a su psiquiatra en las sesiones de psicoterapia. La ex-paciente ha emprendido acciones legales contra la Dra. Dehdouh por violación del secreto profesional en Argelia y en Francia. El autor de la novela se defiende diciendo que la novela es pura ficción y que no se ha basado en el relato de la paciente a su terapeuta. Además los hechos que relata la novela se inspiran en las masacres cometidas por los islamistas en la guerra civil que asoló Argelia durante la llamada "Década Negra". La protagonista de la novela y la paciente se salvaron, milagrosamente, de la muerte en un ataque a un poblado. Los juicios están pendientes de resolverse. Este es el relato detallado del caso.
I. Introducción: la doble cara de la gloria
El 4 de noviembre de 2024, en el restaurante Drouant de París, epicentro del mundo literario francés, se anunció el galardón más prestigioso de la francofonía: el Premio Goncourt. El ganador fue Kamel Daoud, por su novela Houris. Daoud, periodista y escritor aclamado internacionalmente, se convirtió en el primer argelino en recibir el premio principal (había ganado previamente el Goncourt a la mejor ópera prima por Meursault, contre-enquête). La Académie Goncourt elogió la obra por su "lirismo trágico" y su profundo sondeo del trauma de la guerra civil argelina de la década de 1990, conocida como la "Década Negra". El jurado celebró el "coraje literario" de Daoud por atreverse a narrar el sufrimiento infligido, especialmente a las mujeres.
En el preciso instante de esta consagración parisina, una realidad radicalmente opuesta se desarrollaba en Argel. En Argelia, Houris no solo estaba ausente de las celebraciones, sino activamente prohibido. La novela no se encontraba en ninguna librería. Es más, la editorial de Daoud, la venerada Éditions Gallimard, había sido declarada persona non grata y excluida del Salón Internacional del Libro de Argel (SILA), uno de los eventos literarios más grandes del mundo árabe. El "coraje" celebrado en París era visto como un acto de agresión en Argel.
La victoria del Goncourt no fue la culminación de la trayectoria de Houris; fue el detonante de una controversia internacional. Lo que se ha dado en llamar "el caso Houris" no es un simple debate literario. Es un nudo complejo donde colisionan la política, la ética y la ley, y que se desarrolla en tres frentes simultáneos. En el frente político, es la historia de un autor que desafía la amnesia colectiva impuesta por su propio Estado. En el frente ético, es la acusación de que este aclamado novelista robó la historia íntima de una víctima real para construir su ficción. Y en el frente médico-legal, es la grave alegación de que el corazón de la novela se nutre de una violación del secreto profesional, perpetrada por la esposa psiquiatra del autor.
Este ensayo narrará cómo Houris pasó de ser una obra de ficción a convertirse en una prueba de fuego para los límites de la literatura, la memoria, la ética legal y la geopolítica poscolonial. El propio Premio Goncourt funcionó como un acelerante geopolítico. Antes de la fanfarria de Drouant, el asunto era una publicación francesa y una disputa legal contenida en un tribunal de Orán. Después del premio, la validación del establishment cultural francés se percibió en Argel como un acto de neocolonialismo: el antiguo poder colonial (Francia) celebrando a un autor "disidente" (Daoud) precisamente por violar la ley de soberanía nacional de Argelia. Para la mujer que se identifica como la víctima, Saâda Arbane, significó que el trauma que denuncia como robado estaba siendo aclamado internacionalmente, magnificando el daño. El Goncourt, por tanto, transformó una disputa interna en un incidente diplomático, obligando a todas las partes a escalar sus posiciones.
II. La arquitectura del silencio: la "Década Negra" y la Ley de Amnesia
Para comprender la novela de Kamel Daoud, primero se debe comprender la historia que busca exhumar y la ley que prohíbe su exhumación. El telón de fondo de Houris es la "Década Negra" de Argelia. Este período, que se extendió aproximadamente de 1992 a 2002, fue una guerra civil de una brutalidad indescriptible. Se desencadenó después de que el ejército anulara los resultados de las elecciones legislativas de 1991, que el Frente Islámico de Salvación (FIS) estaba a punto de ganar. Lo que siguió fue un conflicto multifacético entre las fuerzas de seguridad del Estado y una miríada de grupos islamistas armados. El costo humano fue catastrófico: las estimaciones de muertes oscilan entre 60,000 y 200,000, con decenas de miles de desaparecidos y un trauma social que aún perdura.

El horror de la Década Negra no residía solo en la violencia, sino en su ambigüedad. El trauma definitorio de la nación se encapsula en una pregunta que aún resuena: “Qui tue qui?” (“¿Quién mata a quién?”). La violencia era asimétrica y confusa. Aunque la narrativa oficial culpaba a los "terroristas islamistas" de las masacres, numerosos análisis e informes de la época sugirieron una realidad más oscura. Se informó que muchas de las masacres más atroces, a menudo atribuidas al Grupo Islámico Armado (GIA), ocurrieron sospechosamente cerca de cuarteles militares. Esto alimentó la teoría persistente de que las fuerzas de seguridad habían infiltrado estos grupos, o incluso perpetrado ataques de "falsa bandera", para desacreditar al movimiento islamista y justificar su erradicación. Esta confusión deliberada, esta incapacidad para nombrar al perpetrador, es la herida abierta que la novela de Daoud intenta suturar.

La respuesta del Estado argelino a este trauma nacional no fue una comisión de verdad, sino una ley de amnesia. En 2005, el gobierno del presidente Abdelaziz Buteflika impulsó la Carta por la Paz y la Reconciliación Nacional, aprobada en referéndum. Esta no fue una iniciativa de justicia transicional, sino una ley de amnistía diseñada para cerrar el debate permanentemente. Su texto fue explícito: prohibía cualquier procedimiento legal contra los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado por acciones cometidas durante la guerra.
Más importante aún, la Carta erigió un muro legal alrededor de la memoria misma. Aunque los textos legales exactos son complejos, la ley, tal como la citan los informes de prensa y los críticos de Daoud, tipifica como delito, castigado con penas de prisión de tres a cinco años, "instrumentalizar las heridas de la tragedia nacional". Cualquier escrito "histórico o intelectual" que se considere que daña la reputación del Estado o sus instituciones está prohibido.
Esta ley de 2005 funciona, por tanto, como una tecnología de ingeniería social, diseñada para imponer el silencio. Opera equiparando legalmente el acto de recordar públicamente con el acto de desestabilización criminal. La Carta no resolvió la pregunta “Qui tue qui?”; simplemente prohibió la pregunta. En este contexto, cuando Kamel Daoud publica Houris —una novela que explora explícitamente las masacres, la violencia islamista y el trauma de las víctimas— no está simplemente escribiendo ficción. A los ojos del Estado argelino, está cometiendo un delito predefinido. La reacción del gobierno (la prohibición del libro y, más tarde, las órdenes de arresto) no fue solo una represalia política, sino la aplicación inevitable de la arquitectura legal sobre la que se asienta la Argelia moderna.
III. La novela como testimonio: el grito de Aube
Es precisamente contra esta arquitectura del silencio que Houris se erige como un acto de testimonio literario. La novela es una inmersión profunda en la psique de una superviviente. La protagonista tiene dos nombres, Aube (Amanecer, en francés) y Fajr (Amanecer, en árabe), reflejando una identidad fracturada por el idioma y el trauma. Su herida es literal y metafórica: a la edad de cinco años, durante una masacre, un islamista le cortó la garganta. Sobrevivió, pero quedó muda.
El dispositivo narrativo de Daoud es una consecuencia directa de esta herida. Incapaz de hablar con el mundo exterior, la novela entera toma la forma de un "intenso monólogo interno". Aube/Fajr dirige su historia a la única persona que puede oírla: su hijo no nato y no deseado, un feto al que ella, en un acto de amarga ironía, llama "Houri".
El título mismo es una provocación teológica y política. Las houris son las vírgenes de ojos negros prometidas en el paraíso islámico a los mártires. La novela de Daoud es una acusación directa contra la ideología islamista, a la que critica por su "mitificación mortífera". Al nombrar "Houri" al niño no deseado, Daoud subvierte el mito: contrasta la fantasía celestial que "erotiza la muerte" con la cruda realidad de la vida, encarnada en las "mujeres vivas que respiran" que son mutiladas y asesinadas en nombre de esa fantasía. El libro es una condena de la ideología que desprecia el cuerpo femenino vivo mientras anhela una recompensa femenina espectral.
El mecanismo literario central de Daoud —la mudez de Aube— funciona como una metáfora política extraordinariamente precisa de la condición impuesta por la Carta de 2005. Aube no puede hablar debido a su herida física; el pueblo argelino no debe hablar debido a la herida legal (la Carta). La voz de Aube, forzada a un monólogo puramente interno y dirigida a una entidad no nacida, refleja perfectamente el estado de la memoria colectiva argelina: un trauma que no puede articularse en el foro público y que solo puede transmitirse a la siguiente generación como un espectro. La novela de Daoud no solo trata sobre el silencio; está estructurada por él. Es un intento de transcribir el monólogo interno de una nación silenciada.
IV. Cuando la ficción se enfrenta a los hechos: el testimonio de Saâda Arbane
Es en este punto donde la aclamada metáfora literaria de Daoud colapsa violentamente con la realidad. La narrativa del "caso Houris" se traslada de la teoría literaria parisina a la ciudad argelina de Orán, y a la vida de Saâda Arbane, la mujer que afirma que la novela no es una metáfora, sino su biografía robada.
Poco después de la publicación del libro, y de forma más prominente tras la concesión del Goncourt, Arbane presentó acciones legales tanto en Argelia como en Francia. La acusación es de "invasión de la privacidad" y apropiación indebida de su "historia singular, íntima y única" sin consentimiento. La demanda en Francia solicita 200,000 euros por daños y perjuicios.
La defensa de Kamel Daoud y su editor, Gallimard, se basa en la afirmación de que Houris es "pura ficción" y que cualquier parecido con personas reales es una coincidencia o se basa en hechos que ya eran de "conocimiento público" en Argelia.
Sin embargo, el equipo legal de Arbane argumenta que la acumulación de similitudes específicas hace que la "coincidencia" sea "totalmente impensable". Los informes de los medios de comunicación, citando las presentaciones legales, han filtrado una lista de paralelismos asombrosos. Se informa que la presentación judicial detalla un patrón de concordancia que abarca cuatro páginas. Un análisis comparativo de los detalles disponibles públicamente ilustra la fuerza de la reclamación de Arbane.
Tabla 1: Análisis Comparativo de Hechos: Saâda Arbane (Vida Real) vs. 'Aube' (Personaje de Ficción)
Detalle Biográfico | Saâda Arbane (Demandante, Vida Real) | 'Aube' (Personaje de Ficción en Houris) |
El Ataque | Sobrevivió a una masacre de la guerra civil. | Sobrevive a una masacre de la guerra civil. |
Edad del Ataque | 6 años. | 5 años. |
La Lesión | Garganta cortada; cicatriz de 17 cm. | Garganta cortada; cicatriz de 17 cm. |
Consecuencia Médica | Usa una cánula / aparato de respiración / ayuda para hablar. | Queda muda; se menciona una cánula. |
Origen Familiar | Padres eran pastores. | Padres eran pastores. |
Ubicación | Vive en Orán. | La novela está ambientada en parte en Orán. |
Educación | Asistió al mismo instituto que Aube. | Asistió al mismo instituto que Saâda. |
Detalles Personales | Tatuaje(s) distintivo(s). | El personaje tiene tatuajes descritos. |
Intereses | Pasión por los perfumes y los caballos. | El personaje comparte la pasión por los perfumes y los caballos. |
Dilema Personal | Consideró un aborto. | Se dirige a su hijo no nato (Houri), a quien no desea. |
V. El problema ético: el secreto médico y el consultorio de la psiquiatra
El "caso Houris" trasciende una disputa literaria estándar sobre la inspiración y se adentra en un territorio ético mucho más oscuro. El vínculo que une la ficción de Daoud con la realidad de Arbane es Aicha Dehdouh, psiquiatra en Orán y esposa de Kamel Daoud.
La cronología de esta relación, según lo alegado en la demanda, es fundamental. Saâda Arbane fue paciente de la Dra. Dehdouh entre 2015 y 2023, buscando tratamiento precisamente por el trauma que sufrió en la Década Negra. Aicha Dehdouh se casó con Kamel Daoud en 2016. Los abogados de Arbane afirman que durante este tratamiento se formó un fuerte vínculo terapéutico, alegando incluso que la psiquiatra y la paciente "pasaron vacaciones juntas".
Esta relación es la base de la acusación más grave: "violación del secreto médico". El equipo legal de Arbane sostiene que los detalles más íntimos y específicos de la novela —la consideración de un aborto, la naturaleza de sus cicatrices y tatuajes, los detalles de su historia familiar— no eran de "conocimiento público". Por el contrario, eran revelaciones confidenciales hechas dentro del espacio sagrado y legalmente protegido de una sesión de terapia. La acusación es que la Dra. Dehdouh rompió el juramento hipocrático y actuó como un conducto de información privilegiada para su marido novelista.
La acusación se ve agravada por la afirmación de Arbane de que Daoud, supuestamente a través de su esposa, solicitó permiso para usar su historia en tres ocasiones distintas entre 2021 y 2024. Según los informes, Arbane "siempre lo rechazó".
En una entrevista con el medio francés L'Obs, el propio Daoud pareció complicar su defensa. Cuando se le preguntó si el libro estaba inspirado en una mujer real, admitió: "Sí, conocí a una mujer con una cánula de traqueotomía (...). Ella fue la verdadera metaforización de esta historia".
La evidencia, tal como se presenta, sugiere una presunta doble violación. La primera es una violación legal/civil de Daoud contra Arbane: la apropiación de una historia de vida para obtener ganancias comerciales sin consentimiento. La segunda, y quizás más profunda, es una violación ética/profesional de Dehdouh contra Arbane: el abuso de la confianza terapéutica. El detalle de la "amistad" y las "vacaciones", de ser cierto, sugiere una explotación de la transferencia psicoanalítica —la profunda confianza y dependencia emocional que un paciente desarrolla hacia su terapeuta— para fines artísticos. Este nudo ético refuta fundamentalmente la defensa de que los detalles eran de "conocimiento público"; los elementos más personales de la Tabla 1 solo podrían haber provenido, presumiblemente, del consultorio de la psiquiatra.
VI. La guerra de narrativas: "novela, no crimen"
Ante esta doble acusación (política por parte del Estado, ética por parte de Arbane), Kamel Daoud y su influyente editor han construido una defensa robusta. La estrategia consiste en enmarcar ambas acusaciones como una única campaña política coordinada.
La defensa central de Daoud es un alegato por la libertad artística. En un evento público, resumió su postura con una frase contundente: “C'est un roman, pas un crime” (“Es una novela, no un crimen”). Ha negado sistemáticamente que la novela "cuente la vida de Arbane" o utilice detalles de ella. Su contraataque es político: sugiere que Arbane está siendo "manipulada por el régimen" argelino como parte de una campaña de desprestigio más amplia contra él, un crítico conocido del gobierno.
Éditions Gallimard, a través de su director Antoine Gallimard, ha respaldado plenamente esta narrativa. Gallimard ha emitido declaraciones afirmando que la trama y los personajes de Houris son "puramente ficticios". Han denunciado lo que llaman "violentas campañas difamatorias orquestadas" por medios de comunicación "cercanos a un régimen cuya naturaleza es bien conocida". De manera crucial, Gallimard también ha negado explícitamente la acusación ética, declarando que la esposa de Daoud "de ninguna manera es una fuente para 'Houris'".
Esta polarización no es nueva para Daoud. Para entender la vehemencia de la defensa, es útil recordar el "Affaire Daoud" de 2016. Tras las agresiones sexuales masivas de la víspera de Año Nuevo en Colonia, Alemania, muchas de ellas atribuidas a hombres de origen norteafricano, Daoud escribió dos columnas de opinión muy controvertidas: "Cologne, the Scene of Fantasies" (Le Monde) y "The Sexual Misery of the Arab World" (New York Times). En ellas, vinculaba la violencia sexual con una "miseria sexual" cultural en el mundo árabe-musulmán. Un colectivo de intelectuales y académicos lo acusó públicamente de reciclar "clichés orientalistas" e "islamófobos", y de esencializar a los hombres musulmanes como depredadores.
Este historial informa la recepción de Daoud en su país natal. Entre el público argelino, las críticas son a menudo feroces. En foros de debate, es frecuentemente etiquetado como un "grifter" (impostor o oportunista). Los críticos alegan que fue un simpatizante islamista en su juventud, pero que, al ver fracasar esa ideología, "se fue a Francia y comenzó a medrar para periódicos conservadores de derechas". Un sentimiento recurrente es que su "audiencia objetivo no son los argelinos", sino un público europeo al que le vende una "horrible imagen de la comunidad musulmana".
Este contexto revela la brillantez estratégica de la defensa de Daoud. Se enfrenta a dos casos fundamentalmente distintos:
Caso A (El Estado). Una acusación política por violar la Carta de Reconciliación de 2005.
Caso B (El Individuo). Una acusación ética y civil por violar la privacidad de Saâda Arbane y el secreto médico.
La defensa de Daoud consiste en conflar estratégicamente estos dos casos. Al afirmar que Arbane está "manipulada por el régimen", Daoud intenta absorber el Caso B dentro del Caso A. Enmarca la queja ética específica y basada en evidencia (B) como si fuera simplemente otra faceta del ataque político (A) que ya sufre. Esto le permite a él y a Gallimard desestimar la abrumadora lista de similitudes (Tabla 1) como meras "campañas difamatorias", en lugar de responder directamente al nudo ético de la confidencialidad paciente-psiquiatra.
VII. De la literatura a la geopolítica: órdenes de arresto y diplomacia
Tras la victoria del Goncourt, el Estado argelino escaló drásticamente el conflicto, moviéndolo de los tribunales civiles de Orán a la arena internacional. La justicia argelina emitió dos órdenes de arresto internacionales, a través de Interpol, tanto para Kamel Daoud como para su esposa, Aicha Dehdouh.
Las órdenes se basan en las dos acusaciones paralelas. Una se deriva directamente de la denuncia presentada por Saâda Arbane. La segunda fue presentada por la Organización Nacional de Víctimas del Terrorismo, acusando a Daoud de violar la Carta por la Paz y la Reconciliación Nacional y de "difamación de las víctimas del terrorismo".
Esta acción sin precedentes contra un ganador del Premio Goncourt obligó a Francia a intervenir diplomáticamente. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, el Quai d'Orsay, confirmó oficialmente haber sido notificado de las órdenes de arresto. En su declaración, el gobierno francés no abordó los méritos de la demanda de Arbane. En su lugar, emitió una defensa basada en principios. El portavoz del ministerio calificó a Daoud como un "autor reconocido y respetado" y subrayó el compromiso inquebrantable de Francia con "la libertad de expresión".
Este enfrentamiento diplomático no ocurre en el vacío. Se produce en un momento de máxima tensión entre Argel y París. Las relaciones ya estaban gravemente deterioradas por el reciente reconocimiento de Francia de la soberanía marroquí sobre el disputado Sáhara Occidental, una postura que Argelia considera una traición. Además, el caso Daoud sigue a la reciente detención en Argelia de otro prominente escritor franco-argelino, Boualem Sansal, también crítico con el régimen.
El "caso Houris" se ha convertido, por tanto, en un campo de batalla simbólico dentro de la tensa dinámica poscolonial franco-argelina. El trauma personal e íntimo de Saâda Arbane ha sido completamente eclipsado, instrumentalizado por dos narrativas estatales opuestas. Argelia utiliza las órdenes de arresto para afirmar su soberanía legal (haciendo cumplir la Carta de 2005) y su autoridad moral (posicionándose como defensora de una víctima, Arbane). Francia, a su vez, utiliza su defensa diplomática para afirmar su soberanía cultural (como árbitro del valor literario a través del Goncourt) y su autoridad moral (posicionándose como defensora de la "libertad de expresión").
Ambas naciones están utilizando a Daoud y Arbane como representantes en su larga y contenciosa disputa sobre la memoria, el poder y el legado colonial. La respuesta de Francia es particularmente reveladora: defiende el principio de la libertad de expresión mientras ignora por completo la pregunta de la ética médica. París está defendiendo a Daoud el símbolo (el escritor disidente) de las acusaciones contra Daoud el acusado (el presunto plagiario).
VIII. Conclusión narrativa: la paradoja de la voz robada
El "caso Houris" concluye, por ahora, en una paradoja central e irresoluble. La novela de Kamel Daoud es celebrada en Francia por su valor para "romper el silencio" de la Década Negra y "dar voz" al sufrimiento indecible de las mujeres. Sin embargo, este mismo acto de "dar voz" está manchado por una acusación creíble, detallada y legalmente presentada de que lo hizo robando la voz, la historia y el trauma de una víctima real y vulnerable.
La ironía es profunda, especialmente cuando se contrasta con la obra que lanzó la carrera de Daoud. En Meursault, contre-enquête, su misión literaria y postcolonial fue dar un nombre, una familia y una historia al "Árabe" anónimo asesinado en la playa por el protagonista de Albert Camus. Fue un acto de restauración de la agencia. En Houris, Daoud está acusado de hacer precisamente lo contrario: tomar a una mujer con un nombre (Saâda Arbane), una superviviente que luchó por su vida, y disolver su identidad singular en un personaje de ficción (Aube), silenciando su agencia real en el proceso de creación de su arte.
El "caso Houris" es una tragedia de múltiples capas que expone las dolorosas fallas donde la memoria colectiva, la ambición literaria y el trauma individual chocan. Plantea preguntas que no tienen respuesta fácil. ¿Quién tiene derecho a contar la historia del trauma? ¿El "coraje" de un autor para desafiar una ley de silencio estatal justifica la violación de la confianza más sagrada de un individuo?
En la bruma de la vieja pregunta de la Década Negra, “Qui tue qui?”, el caso nos deja con una nueva y igualmente turbia: “Qui parle pour qui?” —¿Quién, en verdad, habla por quién? La imagen final y más potente del "caso Houris" no es la de Kamel Daoud en Drouant, sosteniendo su premio Goncourt. Es la de Saâda Arbane, hablando a través de su aparato de ayuda para el habla, luchando en los tribunales por recuperar la propiedad de su propia voz, robada primero por un terrorista y, según alega, una segunda vez por la literatura.
Este texto ha sido redactado con ayuda de inteligencia artificial.



