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El informe pericial psiquiátrico como texto argumentativo


Tomado de Grok
Tomado de Grok

¿Qué es un texto argumentativo?

En el vasto universo de los géneros discursivos, el texto argumentativo ocupa un lugar central en la comunicación racional y crítica. Desde los debates políticos hasta los artículos de opinión, pasando por los ensayos académicos y los discursos judiciales, argumentar es una forma esencial de interactuar en sociedad. Pero ¿Qué es un texto argumentativo?, ¿Cómo se construye eficazmente? En este post intentaré responder a estas preguntas, desentrañando tanto la naturaleza del texto argumentativo como las claves prácticas para su elaboración rigurosa y persuasiva.


Un texto argumentativo es aquel cuya finalidad principal es defender una tesis o idea mediante argumentos, con el objetivo de convencer o persuadir a un lector o audiencia. A diferencia del texto expositivo, que busca informar, el argumentativo exige una postura activa del autor, quien debe adoptar una posición frente a un tema controvertido o debatible.

La argumentación implica necesariamente la existencia de un conflicto potencial: un desacuerdo real o imaginado que justifica la necesidad de ofrecer razones, datos y ejemplos. En este sentido, el texto argumentativo no sólo comunica información, sino que también intenta influir en la opinión, el juicio o el comportamiento del destinatario.


El informe pericial como texto argumentativo

En el contexto jurídico y técnico-científico, el informe pericial es un documento que cumple una función esencial: aportar al órgano judicial o a las partes una opinión fundada, experta y razonada sobre cuestiones que requieren conocimientos especializados. Aunque a menudo se percibe como un texto técnico o descriptivo, su verdadera esencia es la de un texto argumentativo. El informe pericial no se limita a enumerar datos, sino que sostiene una tesis—una conclusión pericial—mediante un razonamiento lógico sustentado en la experiencia profesional, la metodología científica y la evidencia empírica. En este ensayo se explora la naturaleza argumentativa del informe pericial, su estructura discursiva, el modo en que se construye su credibilidad, y las implicaciones que ello tiene para su redacción, análisis y valoración en el proceso judicial.


Para comprender por qué el informe pericial es un texto argumentativo, es necesario recordar qué caracteriza a este tipo de textos. Todo texto argumentativo tiene como objetivo principal defender una tesis o conclusión frente a un lector potencialmente escéptico o indeciso, ofreciendo razones, pruebas y criterios de validez que la hagan aceptable. Esta estructura dialógica subyacente está también presente en el informe pericial: el perito propone una conclusión experta (por ejemplo, que una persona padece un trastorno que afecta su capacidad de tomar decisiones), y debe justificarla ante un destinatario que no tiene la obligación de aceptar dicha conclusión sin más. El juez, el fiscal, el abogado o incluso otro perito designado por la parte contraria pueden interrogar, cuestionar o rechazar dicha opinión. Así, el informe pericial se inserta en una dinámica dialéctica, en la que la calidad de la argumentación es clave para su eficacia.


La tesis del informe pericial suele ser implícita en su estructura formal. En lugar de aparecer como una afirmación subjetiva o voluntarista, emerge al final de un proceso lógico, fundamentado en observaciones técnicas, evaluaciones clínicas o experimentos reproducibles. Por ejemplo, en un informe de valoración de daño psíquico tras un accidente, la conclusión de que existe un trastorno adaptativo con relación causal al evento traumático no es una mera opinión personal, sino el resultado de un razonamiento que parte de la anamnesis, continúa con la observación clínica, se apoya en pruebas psicométricas validadas, y concluye en una inferencia diagnóstica con valor legal. Esta tesis requiere ser defendida con argumentos sólidos, dado que en muchos casos habrá informes periciales contrapuestos o intereses en conflicto.


La argumentación del informe pericial se desarrolla en una estructura textual que, aunque varía según la jurisdicción o el campo profesional, suele contener al menos tres grandes momentos: la exposición del encargo y la metodología, la presentación y análisis de los datos relevantes, y la formulación de las conclusiones. Esta estructura responde a una lógica de justificación: primero se delimita el objeto pericial (por ejemplo, determinar la capacidad laboral de un sujeto o su imputabilidad penal), luego se describen los procedimientos utilizados y se analizan los resultados obtenidos, y finalmente se infiere una conclusión fundada en todo lo anterior. Cada paso cumple una función argumentativa: delimitar el objeto y la metodología asegura la pertinencia y la validez del análisis; la presentación ordenada de los datos garantiza la transparencia; la articulación lógica entre premisas y conclusión permite verificar la consistencia del razonamiento.


Otro aspecto fundamental en el carácter argumentativo del informe pericial es la necesidad de construir credibilidad. Dado que el informe se inserta en un contexto de controversia judicial, su eficacia depende en parte de su capacidad para ser percibido como riguroso, imparcial y competente. Esta credibilidad no se impone por el solo título del perito, sino que se construye retóricamente en el texto. La referencia a la literatura científica, la explicación clara de los criterios diagnósticos, la identificación de posibles limitaciones de los instrumentos empleados, la evaluación de hipótesis alternativas y la transparencia en la inferencia de las conclusiones son recursos que refuerzan la fuerza argumentativa del informe. Asimismo, la redacción debe cuidar el tono objetivo, evitar juicios de valor innecesarios y distinguir con precisión entre hechos observables, inferencias profesionales y opiniones personales.


No debe pasarse por alto que el informe pericial, como texto argumentativo, participa también en una interacción dialógica más amplia que se da en el proceso judicial. Su lectura y valoración por parte del juez o del tribunal no ocurre en un vacío, sino en un escenario donde otras pruebas, alegatos y documentos interactúan. En este marco, el informe puede ser interrogado, completado, contradicho o incluso desestimado. La solidez argumentativa del informe no garantiza su aceptación, pero sí aumenta la probabilidad de que su contenido sea valorado como relevante y confiable. La calidad de su argumentación puede marcar la diferencia entre una pericia decisiva y una que pasa desapercibida o es impugnada con éxito.


La formación de los peritos debe, por tanto, incluir no solo el dominio de conocimientos técnicos, sino también una capacitación en lógica argumentativa, redacción clara y ética profesional. Un perito competente no es solo aquel que sabe aplicar tests o interpretar informes médicos, sino también quien sabe construir un razonamiento coherente, relevante y persuasivo, ajustado a los estándares de su disciplina y comprensible para un lector no especializado. La capacidad de anticipar objeciones, de clarificar supuestos, de justificar inferencias y de comunicar con precisión es parte integral de la función pericial. En este sentido, el informe no es solo el vehículo de una conclusión, sino la demostración escrita de una práctica experta que se somete al juicio racional.


En conclusión, el informe pericial es, por naturaleza, un texto argumentativo. Su finalidad no es meramente exponer información técnica, sino defender una conclusión experta mediante una argumentación racional, metódica y verificable. La calidad del informe no depende únicamente del conocimiento del perito, sino de su capacidad para construir un discurso convincente, honesto y claro. Entender el carácter argumentativo del informe pericial permite mejorar su redacción, valorar críticamente su contenido y comprender su función decisiva en el proceso judicial. En un sistema jurídico que busca decisiones racionales y justificadas, el informe pericial debe contribuir con argumentos sólidos, no solo con opiniones o intuiciones técnicas. Su fuerza reside en la palabra razonada, y su legitimidad, en el respeto a la verdad, la lógica y la justicia.


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