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En Defensa de la Terapia Electroconvulsiva: Desmontando las Críticas Habituales



La terapia electroconvulsiva (TEC) ha sido objeto de controversia y malentendidos a lo largo de los años. No obstante, estudios recientes y una revisión exhaustiva de la evidencia científica respaldan su eficacia y seguridad cuando se aplica correctamente. Este artículo aborda las críticas habituales a la TEC y presenta argumentos basados en la literatura científica actual para defender su uso en la práctica clínica moderna.


Eficacia de la Terapia Electroconvulsiva (TEC)

La eficacia de la terapia electroconvulsiva (TEC) ha sido demostrada en numerosos estudios científicos, particularmente en el tratamiento de la depresión severa y otros trastornos psiquiátricos graves. La evidencia es robusta no solo en su capacidad para aliviar rápidamente los síntomas, sino también en su efectividad en casos donde otros métodos han fallado.


Eficacia en Depresión Severa

La TEC es particularmente valorada por su alta tasa de respuesta en pacientes con depresión severa. Diversos estudios indican que puede producir una mejora rápida de los síntomas en personas que no han respondido a los tratamientos farmacológicos convencionales. McDonald et al. (2002) reportaron que la TEC logra tasas de remisión del 60% o más en pacientes con depresión resistente al tratamiento, una cifra significativamente más alta que cualquier alternativa farmacológica disponible (McDonald et al., 2002). Este rápido alivio es crucial en pacientes con alto riesgo de suicidio, donde la velocidad de respuesta puede ser potencialmente vital.


Aplicación en Otras Condiciones Psiquiátricas

Además de la depresión mayor, la TEC es efectiva en el tratamiento de la esquizofrenia, particularmente en pacientes que presentan síntomas resistentes a medicamentos o en aquellos que sufren de síntomas agudos como delirios o alucinaciones severas. La TEC también se ha mostrado beneficiosa en casos de manía y algunas formas de trastorno bipolar, especialmente en situaciones donde los medicamentos y otras terapias no han logrado estabilizar a los pacientes.


Ventajas sobre Otros Tratamientos

Una de las ventajas más significativas de la TEC sobre otros tratamientos es su capacidad de proporcionar alivio cuando otros métodos han fallado. Esto no solo incluye su uso en la depresión resistente, sino también su aplicación en pacientes con trastornos del ánimo graves que no pueden tolerar los efectos secundarios de los medicamentos psiquiátricos. Además, la TEC puede ser utilizada de manera segura en pacientes que presentan complicaciones médicas o condiciones que limitan el uso de ciertos medicamentos, como pueden ser ciertos trastornos cardiacos o embarazos.


Mecanismos de Acción

Aunque los mecanismos exactos por los cuales la TEC ejerce sus efectos terapéuticos no están completamente entendidos, se cree que induce cambios neuroquímicos y neuroplásticos que pueden restablecer el funcionamiento normal de los circuitos cerebrales que están alterados en los trastornos psiquiátricos. Las investigaciones sugieren que la TEC puede aumentar la liberación de neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina y dopamina, y puede también aumentar la plasticidad neuronal al promover el crecimiento de nuevas conexiones entre las células cerebrales.


Seguridad y Efectos Secundarios de la Terapia Electroconvulsiva (TEC)

La terapia electroconvulsiva (TEC) ha avanzado considerablemente en términos de seguridad y manejo de efectos secundarios desde sus inicios. Hoy en día, se practica con rigurosos estándares de seguridad y bajo estrictos protocolos médicos, lo que minimiza los riesgos asociados y optimiza la tolerancia del paciente al tratamiento.


Seguridad de la TEC

La seguridad de la TEC es comparable a la de otros procedimientos médicos que requieren anestesia general. Las mejoras en las técnicas de anestesia y monitorización han reducido significativamente los riesgos asociados al procedimiento. Según un estudio de Petrides et al. (2016), la mortalidad relacionada con la TEC es extremadamente baja, alrededor de 2 por cada 100,000 tratamientos, similar a la tasa de mortalidad para procedimientos anestésicos menores (Petrides et al., 2016). Esta baja tasa de mortalidad subraya la seguridad del procedimiento en un entorno clínico controlado.


Efectos Secundarios Comunes

Los efectos secundarios más comunes de la TEC incluyen confusión y desorientación inmediatamente después del tratamiento, que generalmente se resuelven en un lapso de unas pocas horas. La pérdida de memoria, particularmente la amnesia retrógrada para eventos cercanos al período del tratamiento, es otro efecto secundario conocido. Sin embargo, para la mayoría de los pacientes, estos efectos sobre la memoria tienden a ser temporales y muestran una considerable mejoría a largo plazo.


Gestión de Efectos Cognitivos

Aunque la amnesia puede ser una preocupación importante para los pacientes y sus familias, las técnicas modernas de TEC han adaptado parámetros como la ubicación de los electrodos y la dosificación de energía para minimizar este riesgo. Estudios recientes han mostrado que el uso de la TEC unilateral (donde los electrodos se colocan en un solo lado del cráneo) puede reducir significativamente los efectos sobre la memoria comparado con la técnica bilateral (Petrides et al., 2016). Además, el ajuste individual de la dosis eléctrica según el umbral convulsivo de cada paciente también ayuda a reducir la incidencia de efectos secundarios cognitivos.


Consideraciones a Largo Plazo

Es esencial reconocer que los beneficios de la TEC, especialmente en términos de salvaguardar la vida y mejorar la calidad de vida en condiciones severas de salud mental, pueden superar significativamente los riesgos de efectos secundarios temporales. Para muchos pacientes, la TEC ofrece una oportunidad de recuperación significativa cuando otras terapias han fallado, proporcionando alivio de síntomas incapacitantes de una manera que otros tratamientos no pueden.


Perspectiva de los Pacientes

A pesar de las preocupaciones sobre los efectos secundarios, estudios de satisfacción del paciente indican que la mayoría de los pacientes tratados con TEC están satisfechos con los resultados y consideran que los beneficios superan los inconvenientes. La educación del paciente y el apoyo continuo son cruciales para manejar las expectativas y mejorar la experiencia general del tratamiento.


Este análisis detallado demuestra que, aunque no exenta de efectos secundarios, la TEC es un tratamiento altamente seguro y efectivo para las condiciones psiquiátricas más desafiantes, con una gestión adecuada de los efectos adversos para maximizar tanto la seguridad como la eficacia del tratamiento.


Estigmatización y Malentendidos de la Terapia Electroconvulsiva (TEC)

A pesar de la efectividad y los avances en la seguridad de la terapia electroconvulsiva (TEC), persisten significativas estigmatizaciones y malentendidos. Estos pueden ser atribuidos a la historia temprana de la TEC, representaciones en los medios de comunicación, y el desconocimiento general sobre su aplicación actual. Abordar estos puntos es crucial para entender y aceptar la TEC como una opción de tratamiento válida y efectiva.


Historia Temprana y Percepción Pública

La TEC fue introducida en la década de 1930, y durante sus primeros años de uso, no se administraba con anestesia, lo que llevaba a convulsiones violentas y, a veces, a fracturas en los pacientes. Estas prácticas tempranas, junto con las representaciones dramáticas y negativas en películas y otros medios de comunicación, como se muestra en la película "One Flew Over the Cuckoo's Nest", han creado una imagen duradera y negativa de la TEC (Kellner et al., 2012). Esta representación ha contribuido significativamente al estigma y al miedo generalizado hacia este tratamiento.


Avances en la Práctica Clínica

Contrariamente a las percepciones pasadas, la TEC moderna se realiza bajo anestesia general con el uso de relajantes musculares, lo que elimina el dolor físico y las convulsiones visibles durante el procedimiento. Los avances en la técnica incluyen la administración precisa de corriente eléctrica y la monitorización rigurosa del cerebro y las funciones cardíacas, lo que asegura la seguridad y minimiza los efectos secundarios. Además, la práctica moderna de la TEC exige el consentimiento informado, donde los pacientes o sus tutores legales deben recibir información completa sobre los beneficios, riesgos, y alternativas del tratamiento.


Desmontando Mitos

Uno de los mayores desafíos es corregir los mitos persistentes sobre la TEC, como la idea de que es una forma de "control mental" o un castigo. Estos mitos no solo son falsos, sino que también desvirtúan el propósito médico legítimo de la TEC, que es aliviar los síntomas severos de trastornos mentales que no han respondido a otros tratamientos. Es importante destacar que la TEC se utiliza como un tratamiento de última instancia y en los casos más graves, donde otros tratamientos han fallado y los síntomas presentan un riesgo significativo para la vida del paciente o su bienestar.


Mejorando la Comprensión Pública

La educación es fundamental para cambiar las percepciones públicas sobre la TEC. Las campañas de concientización, los testimonios de pacientes y la publicación de estudios y resultados de investigaciones pueden ayudar a educar al público sobre lo que realmente implica la TEC y sus beneficios. La participación de organizaciones de salud mental, profesionales de la salud, y pacientes que han experimentado mejoras significativas con la TEC puede contribuir a reducir el estigma.


Para combatir el estigma asociado con la TEC, es esencial promover una comprensión basada en hechos y evidencias actuales, destacando los avances en seguridad y eficacia, y proporcionando educación continua sobre su papel en la medicina psiquiátrica moderna. El desafío reside en desplazar las narrativas obsoletas y asegurar que las discusiones sobre la TEC se basen en datos científicos y testimonios auténticos.


Bibliografía


  • Petrides, G., Braga, R. J., Fink, M., Mueller, M., Knapp, R., Husain, M., & Rummans, T. A. (2016). Electroconvulsive therapy safety and outcomes. Journal of ECT, 32(4), 252-264.

  • McDonald, W. M., McCall, W. V., & Epstein, C. M. (2002). Electroconvulsive therapy: sixty years of progress and a comparison with transcranial magnetic stimulation and vagal nerve stimulation. Neuropsychopharmacology: the fifth generation of progress. Philadelphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins, 1097-1108.

  • Kellner, C. H., Greenberg, R. M., Murrough, J. W., Bryson, E. O., Briggs, M. C., & Pasculli, R. M. (2012). ECT in treatment-resistant depression. American Journal of Psychiatry, 169(12), 1238-1244.


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