top of page

Reflexiones de un filósofo que ha padecido una psicosis sobre el sentido de su enfermedad



Encuentro en Psychiatric Times una interesante entrevista que hace un psiquiatra, Awais Aftab, a un filósofo holandés llamado Wouter Kusters. Se puede ver su web en neerlandés e inglés aquí. En 2004 publicó un libro titulado Una Filosofía de la Locura. Esta obra ha sido traducida al inglés, y publicada nada menos que por la MIT Press, y se titula A Philosophy of Madness: The Experience of Psychotic Thinking (Una Filosofía de la Locura: La Experiencia del Pensamiento Psicótico) (ver en Amazon).


Kusters sufrió su primer episodio psicótico en 1987. Estudió lingüística pero cuando publicó su libro tuvo un gran éxito, y recibió varios premios, se dedicó a la filosofía. Volvió a la universidad a estudiar filosofía y en 2007 sufre un segundo episodio psicótico. La traducción de su obra al inglés ha hecho que se despierte un gran interés sobre su pensamiento, y su manera de ver la enfermedad desde la perspectiva de la escuela fenomenológica. Está a punto de salir en Lancet Psychiatry un estudio en el que participa (preprint aquí).


Todo el movimiento actual de defensa de los derechos de las personas con enfermedad mental y discapacidad se entiende mejor con autores como Kusters. Pero también sería necesario que por parte de los psiquiatras hubiera un mayor conocimiento de la Psiquiatría fenomenológica, cuyos conceptos complementan el conocimiento empírico - biológico que tenemos de los trastornos mentales. La psiquiatría biológica actual ha olvidado el enfoque de la experiencia subjetiva como elemento a considerar, y respetar, en la persona con enfermedad mental. Y por este abandono tenemos ahoa una visión radical de la experiencia psicótica, que ha surgido al margen de la Psiquiatría, y está basada en un subjetivismo radical. Y esta visión radical ha hecho que se borre la distinción entre lo normal y lo patológico dentro de la experiencia de la enfermedad.


En mi opinión, dentro de la enfermedad mental hay unas experiencias patológicas y otras experiencias que no lo son. Estas últimas producen sufrimiento y pérdida de funcionamiento, por lo que hay que ayudar a evitar ese sufrimiento. Sin embargo, es importante que los psiquiatras seamos sensibles y respetemos la experiencia psicótica como fuente de sentido de la persona, siempre que sea posible.


De la lectura de la entrevista se puede ver la sólida argumentación de Kusters, y cómo centra el debate en el concepto de experiencia, evitando considerar la psicosis como sólo un ente natural, y poniendo especial énfasis en el valor de la experiencia subjetiva que tiene el enfermo de su propia enfermedad. Reproduzco literalmente las palabras de Kusters (cursiva):


Conceptualización de la psicosis: El principal prejuicio se refiere a la forma habitual de abordar la psicosis como un negativo o una carencia y dejarla ahí. Es decir, verlo puramente como un déficit, un trastorno, un no funcionamiento de algún aspecto de la mente/cerebro/cuerpo que se supone funciona bien en el individuo que no es psicótico. Tomemos, por ejemplo, la idea, que se encuentra en varios tipos de relatos de la corriente principal, de que la psicosis es una especie de trastorno del pensamiento. Tal juicio implica que hay un pensamiento bueno y apropiado, y que el pensamiento psicótico puede definirse suficientemente como una perturbación, un desorden de esta forma normal y natural de pensar. Se puede decir que el trastorno consiste en sacar conclusiones demasiado rápido, o una desregulación de la percepción adecuada de la prominencia, o una incapacidad para sintetizar información de manera coherente, o simplemente que se piensa de manera ilógica. Todos estos enfoques comparten la suposición (el prejuicio) de que la psicosis puede definirse satisfactoriamente por lo que no es.


Psicosis e identidad: La implicación de tales relatos es que la psicosis es solo una interrupción que debe suprimirse y eliminarse para permitir que el flujo normal de la experiencia vuelva a funcionar sin interrupciones. Se supone que hay una parte sana, cuerda, y una parte loca, psicótica, manifestándose ambas en diversos contextos e intensidades. La terapia consiste entonces en identificar y anular la parte psicótica (por ejemplo, mediante medicación, mediante terapia cognitiva conductual, o mediante la llamada psicoeducación, y estimulando la parte sana). Luego, el paciente finalmente aprende a asociarse con la parte sana, a disociarse de la parte desordenada y a considerar la psicosis como la enfermedad, que no pertenece a quien él o ella realmente es, sino como algo que se entromete desde el exterior. Aprenden a decir: “la psicosis perturbó mi verdadero yo”. En lugar de: “la psicosis mostró un aspecto diferente de mí”. Por lo tanto, los disocia de sus propias experiencias, recuerdos y pasado.


El sentido de la experiencia de la psicosis: la suposición en gran parte de la teoría, y las prácticas que la acompañan, es que el mundo de la vida del individuo se ve afectado por un desorden natural, que finalmente perjudica al individuo en su libertad, en su interacción significativa con los demás y en su sentido de ser un individuo. individuo consciente. Lo que la mayoría de estos relatos simplemente pasan por alto es que la experiencia psicótica tiene en sí misma un sentido [meaningful]. Los individuos psicóticos a menudo experimentan más libertad, en lugar de menos, y sienten que su conciencia no está perturbada, pero informan todo tipo de experiencias que se expresan con metáforas de luz positiva. Al definir la psicosis como una cierta carencia, la psiquiatría y la psicología implican que el sentido, la libertad y la verdad sólo se encuentran de forma no psicótica.


Filosofía y experiencia psicótica: Lo que la filosofía tiene para ofrecer aquí es un examen de ambos lados, una indagación de aquellas nociones que tan a menudo se supone que están ausentes en la psicosis. La filosofía investiga el poder y las implicaciones de lo negativo: por ejemplo, ¿en qué mundo vive el psicótico, cuando se afirma que no vive en un mundo real? ¿Cómo se vive esta supuesta irrealidad? ¿Por qué a menudo se siente más real que la llamada realidad ordinaria? Y así. Solo dejando de lado nuestros propios prejuicios sobre la realidad y el pensamiento, sobre cómo operan el lenguaje y el significado, podemos obtener una comprensión más profunda de otros tipos de organizaciones (psicóticas), otros tipos de estar-en-el-mundo que los no psicóticos. individual.


Pragmatismo: No tengo ninguna crítica de principios sobre el uso de medicamentos o terapia cognitiva conductual en sí misma. Pero la pretensión que a menudo acompaña a la provisión de un tratamiento efectivo, que los médicos entiendan qué es la psicosis mejor que las propias personas, eso puede tener un impacto negativo en la vida de las personas. Si la psicosis fuera realmente como la diabetes o una pierna rota, una perturbación temporal natural de la mente, ¿por qué tantos se quedarían tan desconcertados después? ¿Qué es esta cualidad misteriosa y seductora de la psicosis? La psicosis no es sólo un trastorno. También es la base para pensar hacia un orden diferente.

bottom of page